LASCIVIA - CAPITULO: 5 - LA DETENCION - (COPY:SCO)






El día que fuero a detener a Raúl se encontraba en la presentación de un libro, fotografiando a su autor. Tres hombres trajeados irrumpieron en la sala de conferencias. Con andares enérgicos se dirigieron en primer lugar al estrado, intercambiaron unas palabras con los presentadores del acto a los que les mostraron unas fotografías y posteriormente ir hacía donde Irigoyen estaba mirando sin poder creerse lo que estaba viendo.
- ¿Es usted Raúl Irigoyen?
- -Sí
- -Policía, acompáñenos.
- Raúl
- Raúl aún estupefacto no supo qué decir en aquel instante, así que recogió su equipo fotográfico en la bolsa y les acompaño. Fue durante aquellos breves instantes que duro todo el proceso el centro de atención de toda la sala, los rumores al principio un simple murmullo, se apoderaron del ambiente tornándose de forma gradual a una autentica algarabía.
- Ya en el exterior Irigoyen pregunto:
- -En carácter de qué voy con ustedes ¿de detenido, de retenido...?.
- -¡Vienes con nosotros en carácter de lo que nos salga de los cojones!. Le espetó el más bajo de los policías.
- Raúl estaba francamente asustado. Se dirigieron hacía el coche donde el más bajo de los policías agarró a Irigoyen por la cabeza obligándole a doblarse por la cintura haciéndole sentarse en la parte posterior, a continuación procedió a sentarse a su lado. El que se sentó en el lugar reservado para el conductor era evidentemente el que mandaba al grupo ya que no hacía más que dar ordenes continuamente a los otros. A su lado en el lugar reservado al acompañante se sentó el más alto de los tres, que apenas despego los labios en todo el trayecto.
- -Les ruego que me informen sobre qué se me acusa y en calidad de qué les acompaño. Además si estoy detenido tengo derecho a un abogado.
- -Te crees muy listo ¿Hijo de puta!... Te crees que puedes engañar a todo el mundo sólo por haber sido psicólogo. Qué ¿te suena suena esto de algo?...
- -dijo el más bajo enseñándole las fotos de Alicia.
- ¡No te pases!. A ver, ¿quieres llamar a un abogado en concreto?. –pregunto el inspector.
- -No puedo permitirme contratar a un abogado así que tendrán que solicitar uno de oficio.
- En ese mismo instante el inspector cogió el micrófono de la emisora policial y le indico a su interlocutor mediante mensajes cifrados que ya habían detenido a Raúl y que se dirigían hacia la comisaría, Asimismo solicitó un abogado de oficio.
- Raúl no volvió a hablar en todo el trayecto, sin embargo, el bajo no ceso ni un instante de provocarle con una amplia variedad de insultos.

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